RESUMEN
María (Andrea del Boca) llega a San Luis después de un matrimonio frustrado. Golpeada por la vida, busca encontrarse con sus raíces, con una parte de su familia y, en definitiva, con su esencia. Lo que María no sabe es que en ese lugar volverá a creer en el amor y que la posibilidad de convertirse en madre sera cada vez mas real. Todo esto gracias a Tomás (Juan Palomino). María deberá sortear los golpes que le deparará una historia plagada de desventuras, pero el final llegará colmado de felicidad.
NUESTRO COMENTARIO
Para comentar esta novela necesito ayuda, ¿alguien sabe si hay una palabra que sirva para expresar el superlativo de ñoña?¿Y de cursi? Si la encuentran, eso es justo lo que quiero decir.
En realidad, no sé por qué esperaba nada distinto de una novela de Andrea del Boca, pero es que sobre el papel la historia pintaba bien y parecía que por fin la Sra del Boca se había decidido a hacer un papel de adulta. Supuestamente, la historia trataba de una mujer maltratada que decide tomar las riendas de su vida y empezar de nuevo en el pueblo donde vive su familia y allí encuentra, además de a un hombre, un misterio y también una misión en la vida, y en realidad trata de eso, pero para contar esto nos encontramos con la misma Andrea de siempre, aumentada ya a la enésima potencia del delirio, egolatria, histrionismo e ideas retrógradas. El mismo personaje de mujer superestupenda, pretendidamente pizpireta, llena de frases hechas presuntamente profundas, un horror.
En el primer capítulo vemos que María (Andrea del Boca) quiere hacerse unos estudios porque lleva varios años casada con Octavio y no se queda embarazada. Desde el primer segundo del primer minuto sabemos que es el marido el que tiene un problema, pero entre el marido y el médico la engañan y le dicen que es que ella es estéril y que además no tiene remedio. Ante esta noticia, María se desespera como Medea y se mesa los cabellos y pena como una magdalena y además el marido, misteriosamente, decide tratarla como una leprosa, comportamiento incompresible ya que se trataría de que él la mime mucho para parecer superamoroso ya que él es consciente de que el estéril es él, pero no, la trata fatal, sólo de palabra, hasta que un día en una discusión, le pega una torta. María coge el portante y le deja.
A partir de este momento, María, que no tiene el perfil de una mujer maltratada, más si consideramos que en ningún momento se menciona que el maltrato verbal sea maltrato y sólo se fijan en el maltrato físico, se convierte en el paladín de las mujeres maltratadas, la Juana de Arco del maltrato, la que más ha sufrido, la que más y mejor puede hablar del tema. Decimos que no tiene el perfil de la mujer maltratada porque desde el momento en que la pegan la primera vez se va de casa y manda al marido a freir espárragos, o sea, no entra en esa espiral de perdón, aceptación y vuelta a empezar, sin embargo hacen que ella sepa la que más de más de los maltratos, porque le han pegado una torta. No estamos justificando aquí que el marido la pegue, ni una torta ni media torta, pero si desde el primer momento te vas, aquí paz y después gloria, y tus padecimientos no tienen nada que ver con las mujeres maltratadas de verdad.
La frivolidad de la historieta todavía se agrava más, porque ¿a qué no lo adivinan? En esta novela también a Andreíta se le va la mano, como en todas sus novelas, y en dos ocasiones, si no son tres, le pega ella una torta a alguien. A ver si esta señora se entera de que pegar es pegar, y en sus novelas, eso de utilizar el sopapo cuando el guionista no sabe qué diálogo poner es que apesta.
En realidad, tanto la Sra del Boca como su padre, el productor o director de esta novela, necesitan reciclarse urgentemente, porque siguen utilizando los mismos códigos de hace lustros. La novela entera es un descalabro, creada a la mayor gloria y coba de esta señora y eso se nota, se nota mucho. Pero es que todavía es peor, porque en vez de ser una obra de encargo para una actriz es una obra de encargo para una “estrella” y el resultado es una demostración de que ninguno de los dos tiene el menor sentido del ridículo ni de la vergüenza. Para empezar, si alguien la ve ¿me puede decir cuándo sale el nombre de Juan Palomino en los títulos de crédito? Es que yo no lo he encontrado. La protagonista es ELLA, luego sale el resto del elenco y él no sale para nada, es sólo un comparsa en la historia de amor.
Pero la falta de pudor no sólo se manifiesta ahí, es que tendrían que ver las cosas que les hacen hacer y decir al resto del reparto, desde la tía Dorita, que no para de decir que María es “un angelito” (o una enviada de la vírgen), algo que probablemente pegaba cuando la Sra del Boca hizo su primera novela a los 4 años pero que a los casi cuarenta dan ganas de vomitar, hasta el enamoramiento y la admiración de todo el mundo, que no saben qué hacían para vivir hasta que ella llegó al pueblo. Y eso es lo que les hacen hacer a los del reparto, porque es que las escenas de ella, como Agustina de Aragón en la guerra de la independencia arengando a los mineros para que saquen de la mina a Manuel y a Tomás es directamente de carcajearse. La gallina Caponato quitando piedras.
El resto del argumento es una repetición sucesiva de una escena, o sea, todo el tiempo vemos las mismas cosas con unos personajes inexistentes y unos diálogos mediocres. Lo único que cambian son los trajes. El protagonista Tomás, está casado con una mujer que unas veces dicen que está loca y otras veces dicen que no, pero que le engaña como a un chino una y otra vez, pásmense, con el mismo truco. O sea, no es que le engañe con técnicas distintas sino que siempre hace lo mismo y él siempre se lo cree para luego descubrir que ella está mintiendo. La actriz Adriana Salonia, que hace de Sandra, debió acabar literalmente agotada de tanto llorar y gritar. Para que se hagan una idea de lo tonto que es Tomás, les cuento que una de las veces en las que ha decidido que deja a su mujer y que se va, Sandra se hace pasar por loca y un médico, pagado por ella, le dice que es que él tiene que volver con ella y mimarla en todo, y va él y vuelve…¡pero es que médico al que escuchan como el oráculo es precísamente el médico especialista en fertilidad que pagó Octavio para engañar a María! ¿ustedes aceptarían el diagnóstico psiquiátrico de un ginecólogo? Pero no sólo Tomás es un zoquete, todos los demás también, empezando por el cura, incapaz de echar cuentas para imaginar siquiera quién es el padre de Manuel. Claro que a nosotros tampoco nos salen las cuentas, porque resulta que Laureana se quedó hecha polvo cuando el cura la dejó, embarazada para más señas, pero sin solución de continuidad ya estaba liada con Arturo y tan sumamente encoñada, con perdón, como para engañar y mentir a su propio hermano y urdir una conspiración para estafarle en favor de Arturo. Si Laureana estaba tan enamorada de Arturo ¿por qué está tan enfadada con el cura? Y si hizo todo eso por Arturo ¿Cómo ha podido estar toreándola durante 35 años? Un lío todo.
Como siempre en las novelas argentinas, las familias de los ricos son disfuncionales, pero todos viven juntos bajo el mismo techo, aunque no se soportan. En esta casa, además, hay dos niñas adolescentes dejadas a la merced de cualquier desaprensivo y que no pueden contar con la ayuda de nadie, ni siquiera de Tomás (que es un pasmarote), que convive con ellas y las conoce desde pequeñísimas hasta que llega María, que supuestamente es de mucha ayuda, pero que en el caso de una niña de 14 años que ha sido drogada, violada y preñada, sólo se preocupa del tema de que la niña no se le ocurra abortar, como si lo único que necesita protección fuera el feto y a la niña que la zurzan. A ver si nos enteramos, aunque la niña no quiera que se sepa, cuando se trata de una violación, María debería haber hecho un poquito más de esfuerzo en intentar que Pilar denuncie a Aníbal, y en cualquier caso debería haber hablado con su padre, porque Pilar es una menor, en vez de considerarse a sí misma Santa Andrea del Boca protectora pro vida. Pero no, luego encima deja que Aníbal se case con la pobre Natalia, otra menor, y se la entrega como un cordero para el sacrificio. Debe ser como Natalia no tiene un feto dentro ya no merece que la hagan ni puñetero caso.
De la historieta de cuando María se queda embarazada y descubre que está enferma del corazón y prefiere morir con tal de ser “MADRE” con mayúsculas, que es lo único que había querido en toda su vida, ser un vientre paridor, ya ni hablo, como tampoco hablo de que una mujer de 40 años decida que quiere esperar antes de tener sexo con su pareja hasta que se casen, cuando ninguno de los dos está ni siquiera divorciado. ¿Pero de dónde sale esta tía, de una cueva? Luego en realidad no espera, pero tendrían que ver los comentarios del ex-marido, dignos del hombre de Atapuerca.
LO MEJOR
La novela tiene un misterio, pero no el que ustedes pueden imaginar, el misterio está en que, a pesar de ser un bodrio “made in Del Boca” me la he tragado casi entera. Debe ser porque el actor protagonista, Juan Palomino, tiene verdadero morbo. No es precisamente guapo, pero no sé qué tiene, o sí lo sé. ¿Se acuerdan de esa película que se llamaba “Por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo? Pues creo que es por eso. No sé si sabe actuar, porque como sólo hace una escena repetida varias veces, de tanto repetirla se la debió aprender
También está francamente bien el primo Manuel, interpretado por Ramiro Blas, pero como es lo único bueno de la novela, se lo cargan.
El pueblo de Potrero de los Funes es una maravilla. No sé si lo pretenden, pero menudo reclamo turístico. Parece que hace bastante frio, pero aún así. Visiten Argentina y no se lo pierdan.
LO PEOR
Ya les he contado que el guión es prácticamente inexistente y la construcción de los personajes brilla por su ausencia, con lo que resultan incomprensibles (si alguien entiende por qué se separan Rafael y Virginia que me lo cuente), pero lo peor es el personaje de María. A los adjetivos ya escritos añadiré: empalagosa, estomagante, indigesta, marisabidilla, ridícula y rancia. Eso sí, siempre lleva el pelo perfectamente bien teñido…de un color imposible, pero bien teñido.
REPARTO
- Andrea del Boca: Maria Baldasari
- Juan Palomino: Tomas Aragón
- Nora Carpena: Laureana Baldasari
- Jorge d’ Elia: Padre German Larreta
- Gustavo Guillen: Octavio
- Adriana Salonia: Sandra López Picazo
- Mercedes Carreras: Dorita Baldasari
- Alejandro Fiore: Rafael
- Villanueva Cosse: int Santiago Ferrari
- Ramiro Blas: Manuel Baldasari
- Francisco Napoli: Dr Mendoza
- Javier Heit: Mariano
- Jorge Mayorano: Arturo López Picazo
- Luciana Ulrich:
– Julieta Novaro
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