El truco es que las celebridades hablan con tranquilidad sobre sus vidas familiares, mientras se siguen mostrando impecables, sonrientes y tan espléndidos como cuando eran solteros y tenían todo el tiempo del mundo para cuidarse. "Me levanto temprano, hago el desayuno. Visto a los niños. Les cepillo los dientes y los llevo al colegio". Eso dijo Brad Pitt, intentando demostrar que su vida cotidiana es como la de cualquier hombre. "Me encantaría tener más niños", confesó Jennifer Lopez, sin dejar de mostrar su gran sonrisa y una figura impecable, que no se verá modificada por la llegada de otros bebés. Con un ejemplo más cercano, la vedette Pamela David, la más linda de Argentina, demostró que se puede tener un hijo y a los dos meses volver a ser una bomba sexual.
La gente no solo admira a Brad Pitt por ser lindo, ni a Jennifer Lopez por sus curvas, sino por su capacidad para permanecer así. No muy lejos está el caso de Robert Redford, a quien los años no le hicieron daño y, dentro del contexto de su edad, continúa conservándose como un galán perfecto.
Los años, la ley de la gravedad y las malas dietas, entre otras razones, son enemigos para todos ellos. Pero ocultan bien la batalla. Esto, claro, no aplica a los famosos que no viven de su cuerpo, sino de sus capacidades en otras áreas.
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