Aún faltaban ocho horas para su concierto en el Palacio de los Deportes y las fans ya eran presa de la histeria mientras esperaban fuera del hotel donde iba a realizarse la rueda de prensa. «Lloro porque no les he podido ver», repetía a sus amigas una adolescente que apenas podía hablar. Otras tres jóvenes aguardaban desde las 7.30 de la mañana, primero emocionadas, más tarde decepcionadas. Los Jonas Brothers llegaban a las 14.00 horas, media hora tarde, a su cita con los periodistas, y todavía no daban señalas de vida a sus fans, que con pancartas y lágrimas demostraban su amor por «el mejor grupo del mundo», gritaban al unísono. En el interior, la breve rueda de prensa ya había iniciado. Los Jonas Brothers salieron con semblante tranquilo y sonriente. «Estamos felices de estar en Madrid», señala Nick, el más hablador y «pasional» de los tres. «Hola» y «¿Cómo está?» fueron las tres únicas palabras que este trío de Nueva Jersey supo articular en castellano. «Apenas vamos a empezar con nuestras clases de español», comenta entre risas Joe, «el divertido del grupo».
Trabajo en equipo
Su cuarto disco saldrá a la venta mañana en todo el mundo, pero el lanzamiento en España se ha adelantado tres días para hacerlo coincidir con el concierto. Una producción con la que demuestran haber «crecido y madurado con los fans», comenta Kevin, «el alcalde», «el hermano mayor» que cuida de los demás. Pero, ¿de dónde sacan los jóvenes hermanos, cuya edad oscila entre los 16 y 21 años, la inspiración para componer sus canciones? «La inspiración llega con una vivencia de alguno de los tres, luego nos sentamos juntos y la comentamos». «Se trata de un trabajo en equipo», contesta Nick.
«Líneas, viñas y tiempos de prueba», el título de su disco en español, no es tan complejo como parece. Joe explica que lo primero representa las hileras de fans que los «alimenta»; las viñas, «los obstáculos que encuentras en el camino», y Kevin añade que los tiempos de prueba son «cualquier cosa que tenga relación contigo de forma personal». Más madurez que nunca y más divertidos que siempre.
A la salida de la rueda de prensa, los hermanos saludaron y firmaron autógrafos fugaces a las contadas fans que sí tuvieron la suerte de entrar y acercarse a los nuevos ídolos Disney, que en tan sólo cuatro años ya han podido probar el suculento sabor de la fama. «Lloro de emoción porque pude darle un beso a Nick. Es mi sueño hecho realidad», decía entre sollozos Lisa, una chica de 12 años. Fuera seguían las mismas adolescentes que horas antes esperaban entusiasmadas, ahora más con desdesperanza. «No es justo, tienen que salir porque nosotras les damos de comer», se hacía escuchar una joven de 16 años.
No hay por qué perder las esperanzas, las fans que en esta ocasión no tuvieron la oportunidad de encontrarse con el trío de oro podrán hacerlo en noviembre, pues vuelven a España para actuar el 10 en Bilbao y el 11 en Madrid, con la promesa de «mayor producción y mejores sorpresas».
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