El mismo día en que tres de los primeros detenidos por el homicidio de Candela Rodríguez fueron excarcelados, otros dos sospechosos fueron detenidos por la policía: un remisero de 35 años, que tendría antecedentes penales y que se cree que estuvo en la casa de la calle Kiernan 992 , donde se presume que la niña estuvo cautiva, y un hombre que está internado en un hospital de la zona noroeste del conurbano, donde habría terminado luego de una pelea con supuestos cómplices en este caso, y de quien se presume que también estuvo en esa vivienda.
Al cierre de esta edición se realizaban varios allanamientos; entre ellos, en las casas de dos policías, dijeron a LA NACION fuentes del caso; agregaron que la pesquisa se enfoca en la actividad de una banda mixta dedicada a secuestrar a narcos de la zona noroeste del conurbano, a razón de uno por semana.
En el allanamiento de la casa del remisero, identificado como José Luis Flores de 36 años, en Hulingham, los investigadores hallaron una pistola que, según el abogado del detenido, habría sido ubicada en la vivienda intencionalmente.
"La pistola fue plantada durante una discusión que mantuvieron con los policías durante el allanamiento", manifestó el letrado Alberto Domínguez quien aseguró que los familiares de su defendido dijeron que no tenía armas en su casa.
Ayer, en tanto, voceros policiales informaron que un peritaje complementario de la autopsia habría revelado que el cuerpo de la niña presentaba lesiones de reciente data producto de abuso sexual, aunque no había una data que permitiera establecer si esas lesiones (en el recto, provocadas con un objeto duro y romo) fueron propinadas durante el cautiverio o poco antes del rapto de la menor.
El fiscal Marcelo Tavolaro, que apenas fue hallado el cadáver, el 31 de agosto pasado, había dicho que no había signos de un ataque sexual, no contaba entonces con ese informe, según se dio a conocer.
Los tres excarcelados ayer son Alfredo Monteros, de 75 años; su hijo, Alfredo, de 35, y Gustavo Valenzuela, fletero, de 44. Aunque seguirán bajo investigación, el juez de Garantías de Morón Alfredo Meade ponderó la falta de antecedentes penales y el "arraigo", según informó a LA NACION el defensor oficial Pablo Carpaneto, que representa a los Monteros, torneros de profesión y cuñado y sobrino, respectivamente, de Gladys Cabrera, la mujer de 41 años dueña de la casa de la calle Kiernan, detenida como presunta partícipe necesaria del homicidio.
Valenzuela es el dueño de la Renault Trafic blanca que, según sospechas de la policía, se usó para trasladar el cuerpo de Candela. Los Monteros dicen que en ella llevaron muebles desde Kiernan al 900 hasta su casa, en Villa Soldati.
Los peritos levantaron rastros en la camioneta para determinar si el cuerpo de la víctima estuvo allí. "Si se demuestra que en la camioneta no hay rastros del perfil genético de Candela entiendo que la suerte de estas imputaciones va a ser el sobreseimiento o la desvinculación de la causa", agregó Carpaneto.
Ayer, vecinos de Villa Tesei realizaban la llamada "marcha del perejil", en defensa del carpintero Ramón Néstor Altamirano, detenido el mismo día que aquéllos. Su abogado, Matías Morla, denunció por falso testimonio al testigo de identidad reservada cuya declaración fue usada para incriminarlo en el caso. Contra Altamirano, además, hay un ADN positivo: rastros suyos en un vaso hallado en Kiernan 992. Morla pedirá que la causa pase al fuero federal. "Esta causa es un delito federal porque es un secuestro extorsivo; hubo llamadas para pedir dinero, que se produjeron cuando Candela estaba con vida", sostuvo..
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